Nos reunimos con Samuel Reina: músico, intérprete y amplio exponente del arte en todas sus facetas. Hablamos con él de su último disco “Alarms”, de David Bowie, de la escena musical y de él mismo mientras nos deja descender hacia ese Samuel más íntimo pero que sigue ocultando mucho misterio.
Nos vamos a dirigir a un público que no te conoce, ¿por qué hay que ir a un concierto de Samuel Reina?
La razón que a mí más me seduce es que en mis canciones intento amalgamar y combinar todo lo que más me gusta. Desde el pop más construido hasta propuestas un poco más íntimas; el pop más inmediato, más cercano, más íntimo. Voy tirando de los referentes que más me gustan y más me seducen y lo vuelco en las canciones
¿Recuerdas el momento en el que decidiste que la música sería algo más profesional?
Sí. Recuerdo –aparte, no fue hace mucho-, fue desde que grabé mi primera maqueta hace cuatro años. Recuerdo que traté de buscar canciones buscando un discurso propio, un estilema propio y pensé: ‘Aquí hay algo que puede resultar mío, propio e interesante’. Yo diría que desde hace 4 años porque yo he coqueteado siempre con otras disciplinas como la pintura, la fotografía, la escritura… La música siempre me proporcionaba un placer como muy festivo muy lúdico y hace cuatro años decidí que podía tener un discurso propio.
Hablando de la composición, ¿cuál es el escenario perfecto para que surja una canción?, ¿qué elemento deben existir tanto personalmente como en la atmósfera?
En mi caso son fundamentales las situaciones de crisis. Cuando todo me rinde felicidad y esperanza no siento la pulsión de querer formular mis pensamientos en una canción, tan sólo me dedico a ser feliz»: crisis afectivas o emocionales.
A veces la música -te habrá pasado con David Bowie- nos ayuda a entendernos a nosotros mismos y a veces a entender a los demás. Digamos que tiene un papel de ‘consejero, ayudador’. Tú como compositor, ¿creas la música para salvarte a ti o para salvar a los demás?
Es interesante esto. Es curioso porque uno cuando formula los pensamientos en una canción o algún tipo de mensaje lo hace como escribiendo a tientas en la oscuridad, no sabes exactamente cuál es el propósito. A veces escribes sin propósito alguno, a veces por el simple placer de haber construido algo y si encima es algo hermoso… Y en cuanto lo que pueda proyectar a la gente eso ya no depende de mí, ¿no? Cuando una canción te gusta en mi caso vuelcas y proyectas todos tus anhelos en ella. Acabas construyendo tú la canción
Hablando en el plano de la música independiente que es donde tú te mueves, ¿Crees que existe cierto ‘esnobismo’ cara a la música independiente?
Puede que existan determinados estilemas excesivamente marcados y eso es un error. Y determinada pseudo crítica que de alguna manera no ayudar en exceso a los músicos independientes. Creo que sobran etiquetas. Más que nada por el tipo de proyección contemporánea. Los músicos tienen cantidad de tipo de estímulos distintos y meter los estilos en departamentos estancos es como cohibir la capacidad creadora de los músicos independientes ya sean pop-jazz… Creo que todo es mucho más seductor cuando algo está vivo y se juzga de esa manera. Creo que eso no hace más que constreñir a los músicos
Ahora nos trasladamos a la parte no-independiente, ¿qué opinas de la radio fórmula?
Ahí tengo una dualidad, una ambivalencia interesante y es que por un lado la detesto y la desprecio pero por otro lado admiro todo aquello que convierta a una canción en un clásico
¿Venga de donde venga?
Sí, hay grandes canciones. Hay canciones totalmente comerciales con un estilo muy concreto y marcado de radio fórmula que me fascinan. Me fascina como han llegado a construir una canción para que eso esté comprendido en un tiempo determinado y llegue a emocionarte, ¿no?
En perspectiva todo se ve distinto. En su día Jackson 5 sacaban canciones técnicamente de radio fórmula. Se sacaban para el gran público, para estar todos los días en la radio pero si tu escuchas 50 años después las canciones de Jackson 5 son temazos.
En fin, allí hay una tradición detrás. Una tradición del blues, del soul y del rhythm and blues…
Eso a mí me da miedo porque luego ‘La gozadera’ puede ser un clásico
(Risas) La radio fórmula de hoy en día sí que me resulta un poco tediosa y encierra políticas sospechosas. Veo ahí en canciones que se ponen excesivamente de moda que comparten sonidos y una manera de plantear las cosas muy similares las unas con las otras y me es inevitable pensar en la reunión de 4 o 5 productores en un cuarto que lo copan todo y deciden como ha de sonar la música durante ese año. Porque muchas canciones se parecen y patrones armónicos: comparten soluciones muy iguales
Si esa música en su aspecto económico está hecha para vender, ¿por qué a tanta gente le gusta?, ¿Crees que hay algo que no ha hecho ‘click’ en el cerebro de los demás para que les guste David Bisbal en vez de Bowie?
Sobre gusto hay mucho escrito. Es como todo: uno ha de tener cierta inquietud de escudriñar que hay más allá. David Bisbal me parece un intérprete fantástico por otro lado. Me parece un cantante aventajado y virtuoso pero hablamos de lo que va más allá, hablamos de profundizar. Una canción puede tener muchas acepciones: desde la emotiva, una canción que te haga evocar… Que la gente que de alguna manera consume Bisbal también tenga esa proyección de decir ‘también hay otras maneras de emocionarse’, ¿no?
Volviendo a Valencia, ¿qué te encanta y que detestas de la escena musical valenciana?
Me encanta el hecho de que hay muchísimo nivel. Hay como una especie de regresión a bandas que fueron muy grandes en los años 70’. Valencia está asimilando referentes que en otros lugares no se dan, me parece curioso eso. ¿Y qué detesto? Detesto la falta de riesgo, la falta de dinamismo en la música en directo. Tocar en directo en Valencia es una labor heroica. Hay apasionados como Luís Nácher por ejemplo que me quito el sombrero. Pero hay otros lugares que en fin, supone riesgo cero. Van a lo seguro y sin hablar del aspecto económico que es para echarse a llorar
Hablamos de ‘Alarms’. ¿Estás contento con el resultado del disco o seguirías queriendo cambiar más cosas?
Sí, claro. Yo estaría grabando durante toda la vida. La música es algo absolutamente orgánico y siempre te suscitan cosas nuevas, siempre hay algún arreglo en el que pudiste estar más inspirado o alguna interpretación que pudiste hacer de alguna otra manera. Estoy contento en la medida que no todas las decisiones pasaron por mí. Una de las experiencias que más me gustaron de Alarms es dejar que otra cabeza decidiera. Es como cuando pintas un cuadro de dimensiones muy grandes, has de alejarte para ver si el resultado es óptimo. En este caso Alarms lo viví un poco de esta manera. Había otra persona que era aquí Tono Hurtado, el productor que decía vamos a dejarlo así, porque o sino le hubiese dado mil vueltas
Ahora volvemos un poquito más atrás en el tiempo, ¿qué consejo le darías a ese Samuel Reina que empezó a componer por primera vez y al Samuel Reina del futuro?
Probablemente me diría: ‘Samuel deja de llorar y sonríe un poco más’ (Risas). Vivir las cosas con menos gravedad
¿Al del pasado también?
Sí. Es como que siempre que he hecho algo ya sea musical o en otras disciplinas he intentado ponerme unos objetivos muy elevados: la obligatoriedad de hacer una pretendida gran canción. Me diría ‘disfruta más de lo que estás haciendo y sonríe’ (Risas)
¿Alguna anécdota dentro de todo este periodo de presentación de Alarms?
Quizá la más así intensa es que he conocido a Suso Saíz, un gurú de la producción en España. Un tipo injustamente poco conocido. En Inglaterra y en EE.UU sus discos están considerados auténticas obras maestras. Y que este hombre me haya escuchado cantar y me haya dicho ‘muy interesante’, eso me reafirma mucho
¿Tienes algún proyecto además de ‘Alarms’ a medio-largo plazo?
Últimamente estoy coqueteando con la idea de realizar un disco totalmente en castellano, es como una deuda pendiente. Eso está en estrecha relación con lo que me has preguntado antes de ‘Samuel deja de vivir las cosas con menos gravedad’. Es como una manera de comprometerme más con lo que quiero, con mi mensaje.
¿Compones en Ingles para que no se entienda del todo a la primera?
Tengo la extraña sensación de creer estar poniendo mis pensamientos en código para protegerme pero al fin y al cabo se entiende perfectamente. Compongo principalmente en inglés porque mis referentes son del folk británico pero últimamente le doy muchas vueltas al hecho de comprometerme con la lengua con la que pienso y es algo que me seduce muchísimo. Luego también está la idea de plantear una serie de conciertos tributo a David Bowie que es como gran referente de mi carrera
Si pudieses decirle algo a David Bowie, ¿qué le dirías?, ¿qué significa Bowie para ti?
Gracias señor Bowie por darme tanto para recordar
Ahí volvemos al papel de la música como ayudador, consejero, porque él tiene ese papel
De alguna forma artistas como David Bowie y junto a otros han exhortado mi camino. De Bowie destaco su absoluta inteligencia ya no a la hora de componer sino de todo, de crear de una forma su personaje, su trayectoria, a la hora de elegir a sus músicos, a la hora de saberse adaptar a los sonidos. Me parece, aparte de un creador fascinante, me parece una persona profundamente inteligente en eso aspecto, y eso es algo totalmente admirable para mí.
¿Aun no conoces su trabajo? Te dejo con «What a Night»