La 4ª edición del Deleste Festival, que tuvo lugar los días 23 y 24 de Octubre en el Espai Rambleta de Valencia. Afrontamos éste otoño valenciano con el deseo y las ganas de asistir al Deleste como uno de los eventos fuertes del calendario. Su cartel nos apasionaba, más por los nombres en pequeño (El último vecino, Tulsa, Mourn…) que por los cabezas de cartel. La cita concluyó una vez más con mucho éxito tanto a nivel de asistencia como de calidad musical.
Cuando organizas un evento musical y preparas el cartel tienes que tener mucho cuidado al poner los horarios, los estilos de los grupos hacen que el orden de los conciertos altere el resultado, hay que tener en cuenta la media de edad del público, los días en que cae, etc… Cualquier cosa puede influir en el resultado final y siempre hay que correr riesgos, siempre. Y lo mejor es la satisfacción que se siente una vez ha pasado todo y ves lo contenta que se queda la gente con lo que ha vivido durante dos intensos días de música y buen rollo.
Esta edición posiblemente se caracterizaba por la importancia de la presencia de La Habitación Roja en ambos días del festival al estar en el año de la celebración de sus 20 años de carrera, por un Deleste Kids para que las familias pudiesen disfrutar junto a los más pequeños de la casa de la música, por la presencia de grupos como Low oPep Gimeno “El botifarra” o por la introducción de Apps tan prácticas y efectivas como Click&Drink o MyTaxi para facilitar las cosas al público a la hora de consumir bebidas o coger un taxi para desplazarse, obteniendo descuentos y beneficios que son de agradecer en los tiempos que corren.
Llegamos el viernes a primera hora para tantear el terreno y poder ver a los valencianos We Used To Pray en el Auditorio Budweiser, que eran los encargados de abrir el festival. Tocaban muy temprano y por ello se vió afectada la afluencia de público durante su concierto. Era nuestro primer concierto de los valencianos y para solo llevar 3 años haciendo lo que hacen, es normal que hayan ganado concursos o hayan tocado en festivales como el Primavera Sound. Calidad musical combinada con un espectáculo visual de imágenes e iluminación que, como ellos también dicen, no deja indiferente a nadie. Buen comienzo para la 1ª jornada.
Al finalizar este primer bolo en el escenario Jägermeister nos esperaban Tulsa. Poco a poco la cantidad de público iba cresciendo y se respiraba en el ambiente que la gente tenía ganas de pasarlo bien que ¡por fin es viernes!. Dejando atrás la “oscuridad” de los We Used, Miren y los suyos empezaron a inyectar un pop más ameno y bailable a los asistentes entre los que se encontraba una buena cantidad de fans del grupo.
Cambiando de tercio, seguimos con el concierto de Pep Gimeno “El Botifarra” en el auditorio, que fue de los que más marcaron el recuerdo de este Deleste. Sus seguidores más aferrimos disfrutaron como niños del concierto tan especial que se vivió en La Rambleta. A nosotros nos tenía descuadrados la presencia de Pep, entre tantos estilos diferentes el suyo quizás era el que menos nos pegaba en el cartel, pero estamos segurísimos de que el año que viene, al recordar el #deleste15, su concierto será de los que mejores momentos guardé la gente.
Continuamos con Mourn y eso significaba regresar al escenario Jägermeister. Estábamos expectantes por verles sobre el escenario, otro grupo con el que nos estrenábamos. Las criticas que habíamos escuchado sobre las catalans nos llevaban a pensar que nos encontraríamos con un grupo de los que sorprenden. La corta edad de sus componentes no te hace creer que sus conocimientos musicales sean tales. Qué barbaridad! Por mucho que la gente se refiera a ellas como “el grupo de las hijas de Ramón” estamos segurísimos que si siguen así, con lo jovenes que son, eso va a pasar a un segundo plano y van a llegar muy lejos.
Y después de Mourn llegó el momento de La Habitación Roja. La banda de l’Eliana lleva todo el año girando orgullosa con motivo de su vigésimo aniversario. Su parada por el Deleste prometía ser una de las más emocionantes dentro de dicha gira. El escenario era de los buenos: un auditorio lleno hasta los topes donde no cabía nadie sentado, dentro de un festival que, en su tercera edición, está más que consolidado y ha sabido posicionarse muy bien dentro de la escena valenciana. Y, además, como cabeza de Cartel de esta jornada inaugural.
Apareció el quinteto sobre el escenario, bajaron las luces y, de pronto, empezó a aparecer gente que terminó de abarrotar las gradas. En orden cronológico fueron repasando toda su carrera en un merecido auto-homenaje. La cosa comenzó un poco fría, quizá el formato auditorio no era en el que más cómodos se sentían los valencianos que, eso sí, estaban sonando genial, tocando con gran solvencia. Sin embargo, en éste tramo inicial, las geniales imágenes y los efectos de vídeo casi hacían más sombra que acompañaban los temas.
Lo que si ocurrió fue, como en una buena ópera, la comunión banda-público fue a más mientras poco a poco los años se sucedían en el repaso discográfico y la gente iba pasando de las butacas. Tal vez fue el hecho de que la gente conociera más los temas de sus últimos años o tal vez fue que la banda por fin se relajó y Jorge Martí iba acertando más y más con sus intervenciones al micro, pero el fin de concierto fue una auténtica fiesta.Como colofón, todo el público saltando alrededor de un Jorge subido sobre las butacas, como proclamando su victoria sobre ellas. Y para terminar, una frase para la historia: «No li fiqueu ceba a la paella» (No le pongáis cebolla a la paella). En resumen, un concierto para recordar. Y no, no lo hagáis. Lo de la cebolla, digo.
Tras un concierto tan emotivo tocó cambiar de tercio otra vez y empezar la recta final de la noche con algo más de caña y ganas de fiesta. Para ello nos dirigimos al escenario Jägermeister del que no nos moveríamos en lo que quedaba de velada. Para empezar teníamos a Mike Krol llegados desde Wisconsin con su power pop dispuestos a llevar arriba a los asistentes. Ataviados de su equipación policial, todo nos llevaba a pensar que no nos dejarían indiferentes y que precisamente mal, lo que se dice mal, no lo ibamos a pasar. Nos divertimos y bailamos hasta no poder más. Y nos gustaron mucho. A posteriori le tocaba el turno a los catalanes El último vecino que nos invitaron a bailar sus ritmos más ochenteros. Nosotros los hubiesemos metido justo antes de Mike Krol para ir subiendo el nivel poco a poco, ya que después de ellos se quedaba la cosa un poco sosa. Pero tan solo es nuestra humilde opinión. Ya se sabe, para gustos colores.
Finalemente llegó el momento del último concierto del día. Los murcianos Perro llegaban con muchas ganas de bailar y dar guerra y desde luego que lo consiguieron metiéndose al público en el bolsillo. Este despertó de su letargo tras el concierto anterior y remontó con ellos. Cuanta energía tiene el personal después de tantas horas, no?! Desde luego fue una caña de bolo y nos preparó para el fin de fiesta.
Pero si alguién nos hizo bailar de verdad esa fue Ley Dj. Para el fin de fiesta nadie mejor que ella que nos incitó a movernos con temas de Deluxe, Los Piratas, Amatria, Los Planetas y muchos más. Fue un no parar de ¡Pedazo temazo! y consiguió que aguantaramos hasta el último momento y cerraramos la primer jornada del festival.
Texto: Salva Ferrer y Rosana Ayza
Fotografía: Rosana Ayza
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