Efectivamente, después de tanto escucharles era inevitable acercarse a la sala. Y si sus dos respectivos últimos álbumes, Node y No sleep, eran toda obra de arte en sonido y expresión, os puedo asegurar que el directo no fue menos; estuvo totalmente a la altura de las expectativas.
Los conciertos comenzaron puntuales, aunque con la sorpresa del cambio de sala, que pasó de ser la 2 de Razz a la 3; bastante más pequeña. A pesar de ello, el espacio era holgado entre los asistentes, los cuales al no haber barreras pudieron hacer sus delicias surfeando entre el público hasta llegar al escenario para compartir micro con los cantantes. El evento comenzó con los conciertos de Hellions y The Acacia Strain, dos bandas con mucha fuerza y pegada que ofrecieron la parte más hardcore y dura de la noche, calentado motores para lo que vendría después.



Después de ellos vino Volumes, casi un oasis en el desierto ya que mientras montaban sonaban grooves de Hip Hop, después de haber recibido tralla, lo que invitaba al mestizaje de sensaciones. Y es que lo que hacen estos californianos es casi inclasificable. Aún no estando uno de sus cantantes, Michael Barr, al que sustituyó el frontman de The Contortionist, Michael Lessard, ofrecieron una puesta en escena en el que se repartieron cada esquina del escenario como un pastel. Desde el minuto cero no pararon de hacer mover a la gente con el flow que desprenden, se comieron el directo con su desparpajo, casi eclipsando a los cabezas de cartel.



Pero a Northlane también hay que dejarles correr. Los australianos salieron y se apoderaron de la sala con la atmósfera de Node, la cual si ya de por sí con los cascos atrapa, esta vez, con el juego de luces, era como si te transportara a otro lugar. El sonido de las cuerdas fue impecable y la voz combinó las partes melódicas junto con las guturales de un modo muy fluido, sin apenas sobresaltos dado el ámbito vocal que tiene las composiciones de último álbum.



Aún así, lo mejor se podría decir que no fue la música, sino los músicos. Después del bolo se quedaron charlando con la gente al lado del autobús de una forma muy campechana, y de hecho, un servidor y su colega pudieron brindar por la noche con un par de shots de Tequila en uno de los bares alternativos más conocidos del centro, el Nevermind.
En fin, si tenéis la oportunidad de verlos en lo que les queda de Tour os recomiendo que no lo dudéis y os acerquéis a verlos. Y recordad que si lo hacéis en The Greater Tour de U.S. os podréis llevar un pack como estos ¿Qué más se puede pedir?
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