Dos personas en una mesa, hasta aquí todo normal. Una más de las performances de la artista serbia Marina Abramovic, pero la historia es mucho más intensa. Durante más de diez años Marina mantuvo una relación con el alemán Frank Uwe Laysiepen, más conocido como Ulay. Juntos trabajaron en muchos proyectos hasta que en 1988 rompieron su relación con un simbólico acto.
Ambos acordaron realizar una última acción, titulada Los Amantes. En la muralla china como escenario, ambos recorrieron 2.500 kilómetros desde extremos opuestos de la gran muralla hasta encontrarse, abrazarse y no volver a verse nunca más.
En 2010, 22 años después María presentaba en el MoMA, Museo de Arte Moderno de Nueva York, una retrospectiva a su obra denominada The Artist is Present (La Artista está Presente). Como parte de esto, Marina compartió unos minutos en silencio con cada extraño que se sentó frente a ella, durante 71 días, seis días a la semana, seis horas cada día.
Frente a frente mujeres, hombres, niños, jóvenes, viejos, famosos y desconocidos se sentaban y miraban en silencio. Y llegó el momento del reencuentro. Ulay llegó, tomó asiento y solo con miradas, dedicó una conversación en silencio de quien antes era su amor. Esto fue lo que pasó: