Hablemos de arte urbano. Los que vivís en Madrid, seguramente ya conocéis al colectivo de el que os vamos a hablar hoy – El Ana Botella Crew. Un grupo nacido hace dos años como contestación a la severas políticas anti-graffiti emprendidas por la concejala de medio ambiente, Ana Botella.
Después de que Muelle marcara las pautas del nuevo arte urbano en España, las intervenciones en las ciudades no han parado de evolucionar en calidad y en concepto. Lejos están ya los conocidos tags en vagones de metro o las pintadas en muros grises de fábricas abandonadas. Actualmente, los artistas urbanos marcan tendencia, son famosos (Banksy) y llegan incluso a cotizar en el mercado del arte (Obey). En este contexto, han nacido los Ana Botella Crew, un colectivo que dice hacer “vandalismo conceptual” con los asuntos políticos y sociales de su ciudad y que está abierto a quien quiera participar. Para eso, basta bajar las caretas de la concejala o la firma de “Ana B”(portavoz del grupo) desde su web y empezar a pintar. De esta forma, todos podrán pertenecer a “la familia más numerosa del planeta, aún y a pesar de usar condón” (frase de los fundadores del grupo). En cuanto a su forma de actuar, la consideramos bastante “limpia”: usan carteles sencillos de papel o cartón, y la firma, lo único pintado, es bastante discreta en cuanto a su tamaño. De sus intervenciones se cuentan numerosos trabajos, todos ellos usando la cara de su “musa” – la famosa concejala – mujer del ex-presidente “Josemari” (como dicen ellos). Desde una serie de “máscaras” de cartón con la cara de Ana Botella impresa, colocados en la cabeza de numerosas estatuas del centro de Madrid (intervención llamada “Ana se merece una estatua”); pasando por la creación de camisetas y láminas al más puro estilo pop como la colección “Infamias inolvidables”; un brindis urbano con botellas de cerveza de litro con el rótulo cambiado; o su más reciente intervención producida especialmente para recibir a “Ratzinger Z” (Papa Benedicto XVI) el pasado mes de agosto: 12 carteles (como los 12 apóstoles, dicen ellos) en el que aparece una vez más la musa Ana Botella vestida de virgen sosteniendo en sus brazos a un “angelical” niño con la máscara del robot de Mazinger Z, que a su vez sostiene en su mano un bote de spray de graffiti. No hay duda de que este grupo es puro concepto y originalidad. Colectivos como este son la prueba de que el arte está en todas partes y en todos los ámbitos. Y cuando les preguntan por la política anti-graffiti no dudan en contestar clara e ironicamente: “(…) con represión no se soluciona nada. Y Dios salve a la Reina si un día hay una revuelta de graffiteros” [Entrevista al periódico digital somosmalasana.com]. Ejemplo para unos, amenaza para otros, lo cierto es que este colectivo sigue ahí y no pretende abdicar de su libertad.
"(A)cerca" de él: el arte en todas sus formas. "(A)lejos" de él: los caracoles y las berenjenas. Dice haber estudiado Historia del Arte para poder soñar con formas y colores en HD. Un amigo, el desempleo y las ganas de escribir le hicieron bloguero. Todo lo "normal" parece aburrirle.
(A Coruña
@andrefmag)