No sé si recodáis un viejo tema, clásico por otra parte de Mecano. Hablo de Maquillaje con esa letra que decía algo así como «no me mires no me mires no me, no me, no me mires no me mires no me mires déjalo ya…» Luego seguía con un «sombra aquí, sombra allá, maquíllate, maquíllate, un espejo de cristal…»
Aunque la canción tiene ya treinta años es perfectamente actual. Con el ritmo diario de nuestras vidas no hay piel que lo resista. Y si añadimos vida nocturna, ni digamos.
La piel es el órgano mas extenso e importante de nuestro organismo, ofrece una barrera ante amenazas y nos protege. Pero también sufre, se renueva pero no siempre igual. Es también nuestro espejo, el confesor mudo de nuestros excesos. Y por eso, si no queremos sentir los avances del tiempo. Una crema hidratante siempre es la mejor aliada.
A medida que vamos envejeciendo todo va cambiando poco a poco en nuestro cuerpo y nuestra piel no es la excepción. Incluso con el tiempo debemos pensar en cambiar la crema que usamos. Lo que funcionaba con quince años no tiene por que hacerlo con treinta años.
Un consejo es que lo primero busques cremas para la cara con un factor de protección solar quince como mínimo, porque estos protectores son muy importantes sin importar la edad que tengamos. Protegiéndonos de los rayos solares evitamos arrugas y líneas marcadas de expresión. También tienes que tener en cuenta la clase de piel que tienes para cumplir con sus necesidades.
Por ejemplo, si tienes una piel grasa o propensa a tener acné, intenta buscar una loción o un gel hidratante. Las cremas pueden empeorar el problema al tapar los poros. Para el acné lo mejor son lociones con ácido salicílico. Por contra con una piel seca busca en la etiqueta ingredientes como el ácido hialurónico que reduce la pérdida de aguque reduce la pérdida dea y si la tienes sensible busca un hidratante que tenga té verde y vitamina C para evitar irritaciones.
Aplicando la crema correcta al inicio y final de cada dia, tu piel podra soportar cada uno de los retos que le pongas cada día.